Científicos israelíes lograron «fabricar» en laboratorio una red de vasos linfáticos humanos, un avance que podría ayudar en la búsqueda de tratamientos para el linfedema, una peligrosa hinchazón en brazos y piernas que, por ahora, no tiene cura
El estudio fue liderado por la doctora Shira Landau y desarrollado en el laboratorio de la profesora Shulamit Levenberg en la Facultad de Ingeniería Biomédica del Technion, una de las principales universidades de Israel.
Los vasos linfáticos, explicaron desde la universidad, tienen una estructura similar a las venas y recogen fluidos entre las células de todos los tejidos corporales.
Ese líquido es recolectado por los capilares linfáticos, luego transportado a través de vasos progresivamente más grandes a través de los ganglios linfáticos, antes de vaciarse finalmente en las venas principales.
Se trata de un sistema que juega un papel importante en la respuesta inmunológica del cuerpo. El daño a los vasos linfáticos, recordaron los expertos del Technion, resulta en hinchazón localizada, la condición llamada linfedema.
Este avance podría ayudar a desarrollar un tratamiento del linfedema, que por ahora no tiene cura
Actualmente, el linfedema no tiene cura. Los tratamientos habituales que proporcionan una mejoría parcial incluyen la compresión de la extremidad afectada y el masaje. En casos graves, se prescribe una cirugía de bypass.
Para afrontar este problema, la doctora Landau y sus colaboradores desarrollaron vasos linfáticos humanos -junto con vasos sanguíneos y células de soporte-, creando tejido «de diseño» con una red de vasos funcionando.
Este tejido «fabricado», indicó el reporte del Technion, imita lo más fielmente posible las estructuras naturales del cuerpo.
«Desde este punto de partida aparentemente simple, el grupo tenía en pocos días una red de vasos que mostraban tanto la disposición como la funcionalidad que se podría esperar de ellos» en un cuerpo humano, continuó el informe.
Según la universidad, este éxito de los científicos del Technion tiene múltiples implicaciones, comenzando por la obvia posibilidad de poder ahora estudiar los vasos linfáticos, su formación y los factores que los afectan.
Además, el linfedema podría tratarse en el futuro mediante la implantación de una red funcional de vasos linfáticos que se fusionarían con el sistema huésped, todos cultivados a partir de las propias células del paciente, eliminando el miedo al rechazo.
Los resultados del estudio se pueden consultar, en inglés, haciendo click aquí.