Ocho investigadores de universidades israelíes fueron elegidos para ingresar a la prestigiosa Organización Europea de Biología Molecular (más conocida como EMBO, por la sigla de European Molecular Biology Organization), una de las más famosas instituciones dedicadas a las ciencias de la vida.
Los científicos formarán parte ahora del exclusivo grupo de alrededor de dos mil investigadores de todo el mundo -incluyendo decenas de premios Nobel– que periódicamente intercambian experiencias e información sobre temas que van desde la medicina molecular a las funciones de las células.
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La directora de la EMBO, la doctora Fiona Watt, afirmó que los nuevos miembros «hicieron inmensas contribuciones a la investigación de las ciencias biológicas fundamentales y, en muchos casos, su trabajo allanó el camino para innovaciones que mejoraron vidas» en todo el mundo.
Entre los nuevos 120 miembros y miembros asociados de la organización figuran científicos de varios países de Europa y también asiáticos y latinoamericanos, entre ellos investigadores de México, Chile y Argentina.
Por su parte, los investigadores israelíes provienen de varias de las más prestigiosas universidades del país: cuatro del Instituto Weizmann, tres del Technion y una científica de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Desde la casa de altos estudios de la capital de Israel se sumó al EMBO la especialista Inbal Goshen, líder un laboratorio universitario que estudia el papel de los astrocitos y su efecto sobre las neuronas en las funciones cerebrales superiores.
Metabolitos y microbios
El Weizmann aportó los nombres de Karina Yaniv (mecanismos moleculares y celulares), Asaph Aharoni (biosíntesis y función de los metabolitos vegetales), Ariel Amir (modelado biofísico del crecimiento microbiano) y Nir Gov (modelos teóricos para las formas celulares).
Finalmente, desde Haifa, donde tiene su base el Technion, se sumaron a la organización europea de élite los profesores Oded Beja, cuyo campo es la metagenómica, un enfoque que analiza organismos en su entorno natural, y Benjamin Podbilewicz, que estudia los mecanismos de fusión celular en la fertilización y el desarrollo de órganos.
Este grupo de investigadores israelíes lo completa la profesora Asya Rolls, de la Facultad de Medicina del Technion, que estudia las interacciones psicosomáticas, específicamente cómo el cerebro influye en el sistema inmunológico y su capacidad para hacer frente a las enfermedades.
Entrar al EMBO es una gran noticia en el mundo de la ciencia y cada país representado celebra la distinción. Por ejemplo, la Academia de Ciencias de Eslovaquia festejó la designación de la profesora Silvia Pastoreková con un destacado titular en su sitio de internet.
Pastoreková, remarcó, es «la primera científica eslovaca que se convierte en miembro de la organización de élite EMBO».
Los jóvenes científicos seleccionados en el 2024 se unirán a un programa de cuatro años, durante el cual recibirán apoyo financiero de la organización y podrán aprovechar importantes conexiones profesionales.
Logros que cubren el espectro científico
Además, contarán con acceso a las instalaciones de investigación del Centro Europeo de Biología Molecular. La EMBO, fundada en julio de 1964, celebra actualmente su 60o aniversario.
Los nuevos miembros y miembros asociados de EMBO fueron reconocidos «por logros que cubren el espectro de la investigación en ciencias biológicas», señalaron desde Heidelberg.
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Algunos trabajan en la comprensión de cómo se propagan las enfermedades infecciosas, las complejidades de los ciclos de nutrientes de los océanos o los misterios de las redes de señalización celular.
También llegan científicos que estudian los secretos de cómo sobreviven las plantas en ambientes desérticos y los vínculos entre la biología de nuestro cerebro y nuestras emociones.