La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, recibió esta semana un regalo muy especial: un pequeño panel solar israelí fabricado con 676 materiales distintos.
El presente fue entregado por el presidente de Israel, Itzjak Herzog, quien pasó por Washington en una visita especial que incluyó una reunión con Joe Biden en la Casa Blanca y un mensaje ante el plenario del Congreso estadounidense.
Por su parte, el panel, de 7×7 centímetros, fue desarrollado por el profesor Arie Zaban, un reconocido científico de materiales y presidente de la Universidad Bar-Ilan, y la doctora Hannah-Noa Barad, del Centro de Energía y Sostenibilidad de la misma casa de estudios.
Presentado a Harris en reconocimiento a su defensa de la política ambiental y el apoyo a la energía verde y la reducción de emisiones, el pequeño panel fue diseñado especialmente y colocado en una caja de vidrio apoyada sobre una plataforma de madera.
También lleva una placa con la inscripción The future of everlasting solar panels. A new class of PV panels comprised of multi-element materials developed by AI based combinatorial materials science.
(en su traducción al español: «El futuro de los paneles solares eternos. Una nueva clase de paneles fotovoltaicos compuestos por materiales de múltiples elementos desarrollados por la ciencia combinatoria de materiales basada en IA», o Inteligencia Artificial).
El futuro de los paneles solares
Las células individuales del panel convierten la energía del sol en energía eléctrica, explicó la doctora Barad, según la cual el sistema representa «el futuro» de estos dispositivos.
Barad apuntó que la tecnología de estos paneles «es más eficiente y también significativamente más económica que la que existe actualmente en el mercado, por lo que se espera que permita un uso más amplio de la energía verde en el futuro».
En el laboratorio, Barad y su equipo están trabajando para ampliar el uso de la energía solar mediante la identificación de diferentes materiales que reemplacen el componente de silicio en las células actuales, con el objetivo de hacer este recurso más económico.
Además, añadió, «estamos investigando catalizadores para el reciclaje y conversión de dióxido de carbono en materiales combustibles utilizables y moléculas de valor agregado para la industria química».
Así, a través de las dos tecnologías, la energía solar y el reciclaje de dióxido de carbono, «podremos reducir las emisiones de dióxido de carbono y pasar a la energía verde, algo que ayudará a resolver la crisis climática en el futuro», concluyó Barad.