Un programa informático desarrollado por investigadores de la Universidad Hebrea de Jerusalén clasifica las atmósferas de los planetas e identifica aquellos aptos para futuros asentamientos humanos
La crisis climática plantea un enorme desafío para todos los habitantes de la Tierra y está impulsando la búsqueda de exoplanetas (los planetas fuera de nuestro sistema solar) que puedan ser potenciales bases para futuros asentamientos.
De hecho, el telescopio espacial Webb fue desarrollado como parte de esa tarea, para proporcionar información de observación detallada acerca de exoplanetas similares a la Tierra.
Un nuevo proyecto, dirigido por el doctor Assaf Hochman, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, desarrolló con éxito un marco para el estudio de las atmósferas de planetas distantes y localizar aquellos aptos para la habitabilidad de humanos, sin tener que visitarlos físicamente.
Los resultados de la investigación, que Hochman llevó a cabo en colaboración con sus colegas Paolo De Luca del Centro de Supercomputacion de Barcelona y Thaddeus Komacek de la Universidad de Maryland, fueron publicados en la prestigiosa revista Astrophysical Journal.
La clasificación de las condiciones climáticas y la medición de la sensibilidad climática son elementos centrales al evaluar la viabilidad de los exoplanetas como candidatos posibles para la eventual llegada de los humanos.
En el estudio, el equipo de investigación examinó TRAPPIST-1e, uno de los planeta del sistema alrededor de la estrella TRAPPIST-1, localizado a unos 40 años luz de la Tierra, en la constelación de Acuario, y que está previsto sea observado por el telescopio espacial Webb el año próximo.
Los investigadores observaron la sensibilidad climática del planeta al incremento de los gases de efecto invernadero y lo compararon con las condiciones de la Tierra. Utilizando una simulación computarizada del clima en TRAPPIST-1e, pudieron evaluar el impacto de los cambios en la concentración de esos gases.
El estudio se enfocó en el efecto de un incremento del dióxido de carbono en condiciones meteorológicas extremas y en el ritmo de los cambios climáticos del planeta. «Estas dos variables son fundamentales para la existencia de vida en otros planetas, y ahora están siendo estudiadas en profundidad por primera vez en la historia», afirmó Hochman.
Esto es lo que estabas esperando.
— NASA en español (@NASA_es) October 19, 2022
Esta es la impresionante imagen captada por @NASAWebb de los Pilares de la Creación, donde decenas de estrellas recién formadas brillan como gotas de rocío entre columnas flotantes y translúcidas de gas y polvo: https://t.co/NhC1EXI5Bx pic.twitter.com/8YE32EvkZI
Según el equipo de investigación, el estudio de la variabilidad climática de los exoplanetas similares a la Tierra ofrece una mejor comprensión de los cambios climáticos que actualmente experimentamos en la Tierra. Además, esta clase de estudios brinda más datos sobre cómo podría llegar a cambiar la atmósfera de la Tierra en el futuro.
Los expertos descubrieron, por ejemplo, que TRAPPIST-1e tiene una atmósfera mucho más sensible que la de la Tierra y estimaron que un aumento de los gases de efecto invernadero podría derivar en cambios climáticos más extremos que los que experimentaríamos en nuestro planeta.
El marco de este estudio y «la información de observación del telescopio Webb permitirán a los científicos evaluar eficientemente las atmósferas de muchos otros planetas sin tener que enviar una tripulación espacial para visitarlos físicamente», apuntó Hochman.
En el futuro, concluyó, «eso nos ayudará a tomar decisiones informadas» acerca de los planetas «que son buenos candidatos para el asentamiento humano y tal vez, incluso, para encontrar vida» en ellos.