Una herramienta desarrollada por investigadores del Instituto de Tecnología de Israel, el Technion, permitirá interpretar mejor los electrocardiogramas y brindará a los médicos la posibilidad de diagnosticar diferentes trastornos cardíacos simultáneamente
La nueva tecnología analiza automáticamente los resultados del electrocardiógrafo (ECG) basándose en lo que se conoce como «redes neuronales aumentadas», una de las herramientas más eficientes en el mundo de la Inteligencia Artificial. (Para leer el estudio completo, en inglés, pueden hacer click aquí).
Esas redes «aprenden» artificialmente distintos patrones al ser entrenados sobre numerosas muestras de resultados de ECG. En el caso del sistema desarrollado por el equipo de investigación del Technion, ese entrenamiento se llevó a cabo sobre más de 40.000 registros de ECG estándar, realizados en más de 6.800 pacientes en once hospitales.
Un equipo de cardiólogos revisó e interpretó esas decenas de miles de registros, y las clasificaron en nueve categorías diferentes: función cardíaca normal y ocho trastornos clínicos.
El nuevo sistema, afirman desde la universidad israelí, demostró una precisión promedio del 96 por ciento en el diagnóstico de las diversas condiciones cardíacas, en comparación con el 80 por ciento que logran los algoritmos disponibles hasta ahora.
Según el Technion, el nuevo sistema monitorea todas las condiciones clínicas con un nivel de precisión superior al logrado por sus predecesores. La fibrilación ventricular, por ejemplo, se diagnosticó con un 98 por ciento de precisión, en comparación con el 92 por ciento de los algoritmos disponibles actualmente.
La electrocardiografía es la tecnología más utilizada para el diagnóstico de cambios en la función cardíaca. Se demostró por primera vez en 1903, otorgando a su inventor, Willem Einthoven, el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1924.
Sin embargo, a pesar del importante desarrollo de la tecnología ECG y la reducción del tamaño del dispositivo a las dimensiones que conocemos hoy, no ha habido ningún cambio en el método utilizado para evaluar los resultados, que siguen siendo interpretados por un cardiólogo que lee la impresión.
«Naturalmente, este método implica elementos subjetivos y, por lo tanto, no es de extrañar que es probable que diferentes cardiólogos lleguen a conclusiones clínicas diferentes sobre la base de la misma impresión», señalan voceros del Technion.
Incluso la reciente introducción de la Inteligencia Artificial hasta ahora no proporcionó un nivel de precisión especialmente alto. «Como resultado, el riesgo de infradiagnóstico de enfermedad cardíaca crítica sigue sin resolverse», añadieron desde la universidad israelí, que tiene su base en la ciudad de Haifa.
Por todo este es que se considera que el logro alcanzado por los investigadores del Technion puede allanar el camino para la detección temprana de enfermedades cardíacas, incluso utilizando fotografías de los electrocardiogramas tomadas con un teléfono móvil inteligente.
De todas maneras, los investigadores enfatizaron que el sistema no reemplaza al médico, sino que proporciona una forma de «segunda opinión», aunque también es probable que detecte problemas que una revisión humana de los registros puede pasar por alto.