Las bacterias que desarrollan resistencia a los antibióticos y provocan infecciones que pueden resultar mortales para muchas personas, pasan un periodo «dormidas» para desarrollar mejor sus sistemas de defensa. Pero ese lapso es breve y los actuales tratamientos no pueden detectarlos.
De esa manera, la medicina pierde una gran oportunidad de tratar infecciones serias antes de que se que conviertan en resistente a los antibióticos.
Frente a este grave problema, expertos de la Universidad Hebrea de Jerusalén acaban de anunciar que encontraron un método que podría permitir a médicos en todo el mundo aprovechar esa «ventana de oportunidad» y atacar a las infecciones antes de que los antibióticos pierdan sus efectos frente a ellas.
Según recordó la propia universidad en un comunicado en el que anunciaron los hallazgos del estudio llevado adelante por el equipo liderado por las profesoras Nathalie Balaban y Maskit Bar-Meir, cada año en Estados Unidos más de 35,000 personas mueren y 2,8 millones se enferman por infecciones resistentes a los antibióticos.
Como todos los organismos vivos, gérmenes como las bacterias desarrollan defensas contra elementos hostiles en su entorno. Una táctica común es la «tolerancia», es decir, permanecer latente durante el tratamiento con antibióticos, explicaron desde Jerusalén.
De esta manera, las bacterias evaden el tratamiento con antibióticos porque los antibióticos solo pueden detectar y matar objetivos en crecimiento. Sin embargo, esta etapa intermedia llamada «tolerancia a los antibióticos» dura solo unos pocos días y no se puede detectar en los laboratorios médicos estándar.
Por lo tanto, los médicos pierden la «ventana» de tolerancia y con ella la oportunidad de tratar una infección grave antes de que se vuelva completamente resistente. Esta «ventana» tan corta no afecta a la mayoría de los adultos sanos, pero para aquellos pacientes que luchan contra una infección de la sangre con un sistema inmunitario debilitado, esta «ventana» es crítica y podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.
En un estudio anterior, Balaban y su equipo analizaron bacterias controladas en laboratorio. Allí desarrollaron un modelo matemático que describió, midió y predijo con éxito cuándo las bacterias desarrollarían tolerancia a un antibiótico en particular.
Además, observaron que cuando las bacterias desarrollaban tolerancia a un antibiótico, tenían más probabilidades de desarrollar tolerancia a otros antibióticos en el cóctel. «Observamos que las bacterias adquirieron tolerancia en unos pocos días -señaló Balaban-. Estas mutaciones de tolerancia actuaron como un trampolín para adquirir resistencia y, en última instancia, el fracaso del tratamiento», agregó la profesora.
Ahora, tal como se publicó en la última edición de la revista Science, el laboratorio repitió su técnica de estudio y prueba de tolerancia. Pero esta vez analizaron muestras bacterianas diarias de pacientes hospitalizados con infecciones resistentes.
«El patrón que encontraron fue sorprendentemente similar a los hallazgos de su laboratorio: primero, las bacterias de los pacientes desarrollaron tolerancia, luego resistencia y finalmente el tratamiento con antibióticos fracasó», indicó la Universidad de Jerusalén.
Para el corto plazo, los expertos israelíes consideran que el hallazgo representa una nueva esperanza para los pacientes con infecciones potencialmente mortales y alentaron a los centros médicos a adoptar la prueba de laboratorio que desarrollaron, que mide la tolerancia a los antibióticos.
«Esta lectura permitiría a los médicos detectar rápida y fácilmente si las bacterias de un paciente toleran un tratamiento antibiótico planificado antes de que se administre», dijo la universidad. Según el perfil de las bacterias que afectan al paciente, los médicos podrían elegir antibióticos con una mayor probabilidad de éxito y evitar elegir ciegamente un tratamiento para el cual la infección ya pudo haber desarrollado tolerancia.
«Usar la combinación correcta de antibióticos disponibles desde el principio podría aumentar dramáticamente la tasa de supervivencia de los pacientes antes de que su infección se vuelva tolerante a todos los antibióticos en nuestro arsenal», concluyó Balaban.