Un grupo de investigadores israelíes recogió el desafío lanzado por colegas internacionales y se declaró listo para poner a punto una «sombrilla espacial» para contener el impacto del Sol en el cambio climático.
La idea parece alocada o digna de un viejo libro de ciencia ficción. Sin embargo, viene siendo discutida en laboratorios y centros académicos desde hace años.
Por ejemplo, recordó un reciente reporte del New York Times, la Universidad de Utah estudió un polvo para esparcir en el espacio profundo, y un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts analiza la forma de crear un escudo hecho de «burbujas espaciales».
Istvan Szapudi, un astrónomo del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawaii, «publicó un artículo que proponía anclar un gran escudo solar a un asteroide readaptado», agregó el diario norteamericano.
Pero son unos científicos del Technion, la famosa universidad tecnológica de Haifa, en el norte de Israel, quienes se anotaron para convertir la idea en realidad. Son liderados por Yoram Rozen, profesor de física y director del Instituto de Investigación Espacial Asher.
Una colección de sombrillas más pequeñas
Rozen afirma que bloquear solamente el 2 por ciento de la radiación solar podría enfriar el planeta 1,5 grados Celsius, devolviendo la Tierra a las temperaturas previas a la Revolución Industrial.
Citado por el Jerusalem Post, el profesor dijo que cuenta con «todas las piezas necesarias» para crear la sombrilla, y que planean construir un prototipo que lo demuestre.
Incluso le adelantó al diario que su equipo necesita entre 10 y 20 millones de dólares y unos tres años para construir un prototipo de diez metros cuadrados.
En una situación ideal, apuntó el New York Times, para obstruir la cantidad necesaria de radiación solar el «paraguas espacial» debería tener más de 2,5 millones de kilómetros cuadrados.
Un artefacto de ese tamaño pesaría al menos 2,5 millones de toneladas, demasiado pesado para lanzarlo al espacio, reconoció el profesor. Por eso, el proyecto «tendría que contemplar un conjunto de paraguas más pequeños».
No impedirían el paso de la luz solar por completo, sino que más bien darían una sombra algo difusa sobre la Tierra, explicó Rozen.
Temperaturas «más altas de lo que queremos»
Apuntando a las causas del problema, Rozen recordó que el Sol «calienta el aire todo el tiempo», y lo viene haciendo desde hace «miles de millones de años».
Check out @TechnionLive Professor Yoram Rozen in @nytimes: “We at the Technion are not going to save the planet, but we’re going to show that it can be done.” He discussed Cool Earth, an @IsraelSpace project to combat climate change with @caraNYT: https://t.co/pEyE4SPxw6 pic.twitter.com/lBauLoAgdm
— American Technion Society (@TechnionUSA) February 2, 2024
La Tierra, continuó, tiene que deshacerse de ese calor, o se calentará y calentará sin cesar: por lo tanto, lo irradia. Pero desde la Revolución Industrial, y especialmente en las últimas décadas, un aumento de los gases de efecto invernadero impide esa pérdida hacia el espacio.
«Ahora, las temperaturas son entre 1,2 y 1,3 grados más altas de lo que queremos, y el resultado es lo que vemos que sucede con nuestro clima», dijo Rozen.
El científico advirtió que, «incluso si detenemos por completo las emisiones (digamos que no hay ni un solo coche en la carretera, ni vuelos, ni vacas), nos mantendremos en la temperatura actual, que es bastante mala».
En el Technion, los científicos del equipo de Rozen piensan «hacer la sombrilla espacial no será demasiado difícil». Por eso, afirman, «creemos que tenemos una solución» para el calentamiento del planeta.