La Universidad de Tel Aviv confirmó el lanzamiento de un nano-satélite Made in Israel que buscará allanar el camino hacia la demostración de la comunicación cuántica y óptica desde el espacio.
El pequeño satélite TAU-SAT3 fue lanzado el martes de esta semana a bordo del cohete Falcon 9 de SpaceX desde la base de Cabo Cañaveral, en Florida, en Estados Unidos.
Durante sus cinco años en órbita, el nano-satélite enviará señales a una «estación terrestre óptica» en la universidad para ayudar a los investigadores a crear un «método de cifrado incondicionalmente seguro», explicaron desde Tel Aviv.
Con el lanzamiento, la Universidad de Tel Aviv marcó un nuevo logro tecnológico, ya que en menos de dos años envió tres nano-satélites al espacio.
«Para implementar la comunicación cuántica de larga distancia a lo largo de cientos de kilómetros o más, necesitamos ir al espacio«, explicaron desde la universidad israelí.
En ese sentido, el TAU-SAT3 «está diseñado para allanar el camino hacia la demostración de la comunicación cuántica a través de un nano-satélite cuántico, que se construirá en el futuro en la universidad», agregaron.
Las redes cuánticas facilitan la transmisión de información en forma de bits cuánticos, también llamados qubits, entre procesadores cuánticos separados físicamente.
Esa tecnología permite conexiones extremadamente seguras entre computadoras, una necesidad urgente al tiempo que crece la dependencia de gobiernos, corporaciones e individuos de internet y de los teléfonos inteligentes.
«Un esfuerzo enorme, en términos de ciencia, tecnología y presupuestos»
«La comunicación cuántica a prueba de escuchas ilegales está hoy en día a la vanguardia de la investigación científica», señaló el profesor Yaron Oz, director del Centro de Ciencia y Tecnología Cuántica de la Universidad de Tel Aviv.
Oz aseguró que los gobiernos y los gigantes económicos de todo el mundo «están involucrados en una carrera por las capacidades de cifrado cuántico», especialmente porque se espera que esas computadoras resuelvan los algoritmos de cifrado actuales.
«Es un esfuerzo enorme, en términos de ciencia, tecnología y presupuestos», apuntó.
Lanzado a una altitud de 550 kilómetros, el TAU-SAT3 -de apenas 20 centímetros- lleva a bordo por primera vez baterías fabricadas por una empresa israelí, Epsilor, que le proporcionará energía para toda su vida en órbita.
Su principal misión será comunicarse con la nueva estación terrestre óptica instalada en la terraza del edificio Shenkar, en el campus de la universidad.
Esa es la primera estación terrestre óptica en Israel, y una de las pocas en todo el mundo, que puede bloquear, rastrear y recopilar datos de un nano-satélite que, visto desde la Tierra, es más pequeño que un píxel.
Los investigadores dijeron que esto significa que en el futuro será tecnológicamente posible construir y lanzar nano-satélites para comunicación óptica a un costo mucho menor en comparación con los grandes satélites.
A través del TAU-SAT3 se llevarán también a cabo experimentos de comunicación por satélite a tasas de bits muy altas y en escenarios donde esos canales fueron interrumpidos.
La mecánica cuántica permite «un método de cifrado incondicionalmente seguro»
Otro de los encargados del experimento, el profesor Meir Ariel, compartió algunos detalles del funcionamiento y el trabajo del TAU-SAT3, que lleva un dispositivo óptico de unos pocos centímetros de largo.
Falcon 9 launches SpaceX’s sixth dedicated smallsat rideshare mission – completing our 200th successful launch! pic.twitter.com/SIaypHsMur
— SpaceX (@SpaceX) January 3, 2023
Cuando el satélite pase sobre Israel, indicó, el dispositivo «emitirá luz en varias longitudes de onda, y el telescopio de la estación terrestre óptica identificará el pequeño destello, lo fijará y lo rastreará».
El nano-satélite, continuó, «enviará simultáneamente señales ópticas y de radio a la Tierra». Pero, cuando el dispositivo óptico gire hacia la estación terrestre óptica, «la antena mirará en una dirección diferente».
«Como resultado, una parte significativa de los datos podría perderse -siguió el profesor Ariel-. La novedad de este proyecto es la capacidad de los sistemas de comunicación instalados tanto en el nano-satélite como en la estación terrestre para reconstruir los datos perdidos en tiempo real usando algoritmos» inteligentes desarrollados en la universidad.
Los principios de la mecánica cuántica, aportó el profesor Oz, permiten «un método de cifrado incondicionalmente seguro».
«Cada vez que una entidad hostil intenta interceptar un mensaje transmitido, el mensaje se disipa inmediatamente -agregó-. Además, se detecta el intento de intercepción, a diferencia de los métodos de cifrado actuales, en los que las intercepciones permanecen indetectables».