Las autoridades de Eilat, la bella ciudad israelí sobre el Mar Rojo, anunciaron la prohibición de usar plásticos descartables en sus playas, para proteger así sus balnearios y los arrecifes de coral
A partir de ahora, aquellos que vayan a la playa con este tipo de materiales de un único uso podrán ser penalizados con una multa de hasta 730 shekels (unos 210 dólares estadounidenses).
«Eilat tiene recursos naturales únicos, y debemos salvaguardarlos en todos los sentidos», dijo el alcalde de la ciudad, Meir Yitzhak Halevy.
En un comunicado, Halevy remarcó que la ciudad uno de los principales destinos turísticos del país, «depende en gran medida de sus recursos naturales, incluidas las colinas que la rodean y el Golfo de Eilat, con sus ricos y únicos arrecifes de coral».
«Estos recursos son activos inalienables para Israel, Eilat y sus residentes, y un foco de turismo global», afirmó.
Las autoridades señalaron que en los últimos años se tomaron «muchas medidas importantes para preservar» los atractivos turísticos de la ciudad.
Sin embargo, continuaron, «ha surgido que una de las amenazas más importantes para los valores de la naturaleza en el área, especialmente el mar, son los productos desechables, en particular los productos plásticos».
Esos elementos, añadieron, representan «un grave peligro para la salud y el medio ambiente, y dañan la fachada de la ciudad y el valor de su producto turístico».
«Los productos desechables son una molestia y un peligro cuando se tiran al mar y en las playas, independientemente de si están hechos de plástico, aluminio, papel, cartón o cualquier otro material», completaron.
De esta manera, Eilat se convirtió en la primera ciudad israelí en prohibir el uso de materiales desechables en sus playas. Según se informó recientemente, las autoridades municipales de Hertzlia, cerca de Tel Aviv, seguirán el camino de Eilat.
Hasta ahora era común ver a turistas en Eilat utilizando bolsas, platos y cubiertos de plástico, entre otros elementos que, al quedar en la arena, se despedazan y terminan muchas veces en las aguas del mar, adonde afectan a peces y corales.