El bello pueblito de Kfar Kama, en Galilea, en el norte de Israel, fue reconocido por un organismo de las Naciones Unidas como una de las nuevas mejores localidades rurales para el turismo mundial.
Kfar Kama resultó seleccionada por la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (OMT) para ser incluida en su lista exclusiva de 2022 de pueblos turísticos recomendados para visitar.
El objetivo de este prestigioso concurso, ahora en su segundo año, es promover y mejorar el papel del turismo en la salvaguardia de los pueblos rurales (hasta 15.000 habitantes) en todo el planeta.
La lista busca alentar a los turistas a conocer los paisajes, diversidad natural y cultural, sistemas de conocimiento y valores locales y actividades de estas localidades, incluida, por supuesto, la gastronomía.
Al mismo tiempo, la iniciativa también promueve enfoques transformadores para el desarrollo del turismo en destinos rurales que contribuyen a los objetivos de desarrollo sostenible, informó el ministerio de Turismo de Israel.
Cientos treinta y seis pueblos de 57 países, incluyendo a Israel, se presentaron para conseguir el prestigioso título
La pequeña localidad no es un pueblito cualquiera: fue fundada en 1878 a los pies del monte Tabor por refugiados circasianos musulmanes que escapaban de la Guerra del Cáucaso.
Kfar Kama eletto “Villaggio turistico”, è la prima volta di Israele#israeletiaspetta #InspiredbyIsrael #VisitIsrael #IsraelAdventures #KfarKana #villaggioturisticohttps://t.co/bh4J8MAyIG pic.twitter.com/KUh17gAhpI
— @agendaviaggi (@Agendaviaggi) December 23, 2022
Con el establecimiento de Israel, Kfar Kama se erigió en un vibrante centro de la vida y la cultura de los circasianos, una etnia del noroeste del Cáucaso desplazada, precisamente, durante la conquista rusa de esa región en el siglo XIX, especialmente tras la guerra ruso-circasiana de 1864.
Kfar Kama, uno de los dos pueblos circasianos de este tipo en Israel (el otro es Rehaniya), permite al turista viajar a través de un túnel del tiempo, en especial gracias a una arquitectura única y un museo de la cultura circasiana.
Esto, junto con la conservación del patrimonio y la cultura de la comunidad, incluidos espectáculos de danza, festivales turísticos y la oportunidad para que los turistas saboreen platos culinarios únicos y experimenten una cultura única.
La infraestructura local fue renovada con la ayuda del Ministerio de Turismo y esta llena de restaurantes, atracciones ecuestres para la familia, una lechería que ofrece talleres sobre los procesos de elaboración del queso tradicional y el Centro de Conservación del Patrimonio Circasiano.
Un total de 136 solicitudes de cincuenta y siete países, incluyendo a Israel, se presentaron para conseguir el prestigioso título que concede la OMT.
Finalmente, fueron treinta y dos los pueblos elegidos, entre ellas esta localidad de la Galilea.
El galardón, explicó la OMT, «reconoce a los destinos rurales que hacen del turismo un motor de desarrollo y nuevas oportunidades de empleo e ingresos, a la vez que preservan y promueven los valores y los productos de la comunidad».
El turismo puede ser un instrumento decisivo para «mantener vivas las tradiciones»
Los pueblos fueron evaluados por un consejo asesor independiente a partir de un conjunto de criterios que cubren nueve áreas, comenzando por los recursos culturales y naturales, la promoción y conservación de los recursos culturales, la sostenibilidad económica y la sostenibilidad social.
Los criterios restantes fueron la sostenibilidad ambiental, el desarrollo turístico e integración de la cadena de valor, la gobernanza y priorización del turismo, la infraestructura y conectividad y, finalmente, la salud y seguridad.
«En las comunidades rurales de todas partes, el turismo puede ser un instrumento decisivo para crear empleo, ayudar a las empresas locales y mantener vivas las tradiciones», afirmó el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.
Entre otros pueblos que recibieron el «sello» de la OMT, además de este bello pueblito de Galilea, figuran Puqueldón (Chile), Choachí (Colombia), Aguarico y Angochagua (Ecuador), Creel y El Fuerte (México) y Lamas y Raqchi (Perú).