La cantante y compositora estadounidense Azealia Banks, quien recientemente declaró que perdió decenas de miles de dólares por apoyar a Israel, llegó a Tel Aviv para presentarse en concierto en ocasión del segundo aniversario del ataque terrorista del 7 de octubre del 2023.
Banks es una férrea opositora de las iniciativas de boicot cultural contra Israel, una insidiosa tendencia fogoneada por personajes como el bajista inglés Roger Waters que acosa online a los artistas que anuncian visitas para presentarse ante el público del país.
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Después de la matanza del 7/10 perpetrada por el grupo Hamas en Israel, esa tendencia recrudeció, con actores y actrices que piden cortar las relaciones con la industria israelí o productores que exigen a los artistas que se declaren públicamente en favor de los palestinos.
«Perdí unas 350.000 libras en giras este verano» boreal en Gran Bretaña «por no decir ‘Palestina Libre'», tal como reclamaban los organizadores de los conciertos, reveló Banks, nacida hace 34 años en Harlem, Nueva York.
«No me voy a retractar de nada de lo que dije (en favor de Israel), porque lo dije en serio», aseguró pocos días antes de llegar al país, adonde aterrizó durante el último fin de semana, según mostró en su cuenta de Instagram.
Contra las consignas políticas
Entrevistada por el Jerusalem Post, la cantante recordó que, a causa de posición, fue cancelada por los responsables de dos importantes festivales europeos y perdió una estadía en Amsterdam y actuaciones programadas en Escocia e Inglaterra.
«Todo se esfumó después de que se resistiera a las llamadas a corear consignas políticas en el escenario», describió el diario de la capital israelí.
Azealia era figura principal en esos estivales, «las entradas se agotaron, y de repente un grupo llamado Ravers for Palestine empezó a boicotearme y a ponerme en la lista negra».

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«Los promotores me presionaron muchísimo para que dijera ‘Palestina libre’. Y yo solo pensaba: ‘¿Qué demonios está pasando?'», relató.
Actuaciones en vivo y baños en el Mar Muerto
Tras esos feos episodios, la cantante decidió armarse un viaje de varios días a Israel, que incluye visitas al sitio del ataque al festival musical Nova, el museo Yad Vashem que recuerda a las víctimas del Holocausto y reuniones con soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Según adelantó en sus redes sociales, su paso por Israel también prevé bañarse en el Mar Muerto y visitar un instituto de Tel Aviv dedicado al estudio del sionismo revisionista. Es que Azealia no es una improvisada: leyó a Teodoro Herzl y a Zeev Jabotinsky, entre otros.
Con las cancelaciones y el acoso online todavía frescos, Tel Aviv se convirtió en una especie de refugio para la rapera neoyorquina. «Tengo que ir a Tel Aviv a trabajar porque la situación en el Reino Unido está muy tensa», reconoció.
«La gente se está boicoteando y vigilando mutuamente» con la guerra en Gaza de trasfondo, y «simplemente necesito alejarme de la gente», lamentó la cantante.
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«Siempre me mantuve firme y dije la verdad, y creo en el derecho de Israel a mantenerse firme también», aseveró Azealia durante la charla con la reportera del Jerusalem Post.
Y sobre su visita declaró sentirse «encantada de pasar tiempo aquí, conectar con artistas israelíes y experimentar de primera mano la energía y la creatividad de este país».