El creador de BoJack Horseman, el inesperado gran éxito de Netflix protagonizado por un irreverente caballo antropomórfico, vuelve a la plataforma de streaming con una nueva serie de dibujos animados que gira alrededor de las aventuras cotidianas de una querible familia judía.
La presentación del programa atrajo mucha atención de la prensa, en general enamorada de BoJack Horseman. Pero, curiosamente, muchos comentarios y declaraciones sobre una simple serie de dibujos animados sobre una familia judía en Netflix pasaron por la guerra en Gaza.
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Por lo pronto, la serie, Long Story Short, estrenó esta semana su primera temporada completa y ya fue renovada para una segunda sesión, un verdadero espaldarazo artístico de Netflix para su creador, el guionista estadounidense Raphael Bob-Waksberg.
Long Story Short comparte detalles de la vida de los Schwooper: los jóvenes Yoshi (Max Greenfield), Avi (Ben Feldman) y Shira (Abbi Jacobson), mamá Naomi (voz de Lisa Edelstein) y papá Elliott (Paul Reiser).

Humanizando la animación y la identidad judía
A diferencia del anterior éxito de Bob-Waksberg en Netflix, los personajes de la serie no son animales antropomórficos. «Son muy humanos», señaló una de las críticas, y los dibujos «resultan atractivos y casi garabateados en la pantalla».
Citado por la revista Time, el guionista dijo que la idea detrás de Long Story Short es relatar las historias de la familia Schwooper «de diferentes maneras, en el tiempo y en la identidad, que en mi caso es ‘judía estadounidense'».
La familia, continuó la nota de la revista norteamericana, son presentados como judíos conservadores, «criados para mantener el kosher en el hogar y que se toman muy en serio las tradiciones judías».
«Aunque sus hábitos divergen con el tiempo» (con uno de los hijos de Naomi y Elliott que decide criar a su hijo fuera de la religión, por ejemplo), «esa crianza influye en su forma de vivir».
«Quería mostrar judíos que son judíos y que hacen todo lo que es judío», señaló Bob-Waksberg. «No son seculares, no son judíos solo en su cultura. Pero no se trata necesariamente de creer en Dios ni de lidiar con la fe. Se trata de lidiar con la religión, que es diferente», remarcó.
El debate actual y la recepción del público
Time apuntó que la nueva serie animada de Netflix «no ofrece una imagen completa de cómo es ser judío hoy en día», ya que se trataría de una «expectativa demasiado grande».
Se podrían «imaginar las discusiones» en la mesa de los Schwoopers sobre la actual situación en Israel marcada por la guerra, «por ejemplo, pero eso no ocurre en pantalla», añadió la reseña, según la cual se trató de «una decisión consciente».
«Es parte de ser judío, sin duda, pero en ese momento sentí que incluso una pequeña conversación al respecto podría eclipsar todo lo que queríamos hacer» con la serie, confirmó Bob-Waksberg.
«Me encanta ser judía»
«No podía creer que se estuviera haciendo algo así, no podía creer que se estuviera haciendo algo tan específicamente judío», declaró por su parte Ben Feldman, la voz del hijo mayor de la familia Schwooper.
Hablando con el portal Hollywood Reporter, el actor reconoció que «la gente está muy apasionada ahora mismo» a causa de la situación en Medio Oriente. «Pero a veces la ira y las críticas están mal dirigidas», lamentó.
Abbi Jacobson (la hija del medio) se declaró por su lado «muy emocionada de formar parte de este programa» y aseguró: «me encanta ser judía, me encanta representar a una familia judía y creo que lo hago de una manera muy específica en un momento muy difícil».
Y Edelstein añadió que «el momento es increíble» para salir por Netflix con una familia judía. «Estoy muy agradecida y es muy importante, aprecio mucho interpretar personajes judíos, especialmente ahora», completó la actriz.
Debates más allá del Medio Oriente
Más allá de la polémica sobre la actualidad, Long Story Short se estrenó para provocar debates más generales entre los espectadores judíos, adelantó la reseña de Time.
Bob-Waksberg, destacó, «disfruta jugando con estereotipos y lo hace específicamente aquí con Naomi», quien al principio parece una típica idishe mame pero «cuya vida interior se profundiza a medida que avanza la serie».
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Y si bien la serie es «muy judía», reconoció la revista, su creador considera que «puede llegar incluso a quienes no entienden todos los chistes» sobre Shabat o la comida kosher.
«Nunca quiero subestimar la capacidad del público para conectar con una historia que se siente específica y verdadera», completó el guionista.