Una esperanza para pacientes con ELA: una terapia génica basada en ARN, desarrollada en un estudio internacional liderado por investigadores de la Universidad de Tel Aviv, abrió las puertas a una posible terapia eficaz para la esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad neurodegenerativa mortal e incurable.
Los científicos identificaron un nuevo mecanismo molecular que desempeña un papel clave en la enfermedad y lograron neutralizarlo mediante terapia génica.
«Cuando añadimos una molécula de ARN específica a células humanas y modelos animales de ELA, las células nerviosas dejaron de degenerarse e incluso se regeneraron», explicaron. «Estos prometedores hallazgos podrían ofrecer esperanza a millones de pacientes en todo el mundo».
La ELA afecta a las neuronas motoras y provoca una parálisis gradual de todos los músculos del cuerpo, recordó el profesor Eran Perlson, de la Universidad de Tel Aviv, quien dirigió el estudio con la colaboración de neurólogos del Centro Médico Sheba.
También participaron investigadores del Instituto Weizmann, la Universidad Ben-Gurion del Negev e instituciones de Francia, Turquía e Italia. Los resultados del estudio se publicaron en la revista especializada Nature Neuroscience.
La necesidad de una terapia que actúe de manera urgente
Perlson apuntó que la mayoría de los pacientes fallecen entre tres y cinco años después del diagnóstico, debido a la parálisis de los músculos del diafragma e insuficiencia respiratoria.
«Sabemos que en la ELA, las uniones neuromusculares -donde las fibras nerviosas (axones) se conectan con las células musculares y transmiten señales eléctricas del cerebro a los músculos- se ven afectadas», continuó el investigador de la Universidad de Tel Aviv.
«Sin embargo -destacó-, los mecanismos moleculares que causan este daño permanecían desconocidos hasta ahora y, en consecuencia, no se había desarrollado ningún tratamiento eficaz«.
A través del nuevo estudio, el equipo internacional buscó llegar a la raíz del problema y generar nuevos conocimientos que permitieran el desarrollo de fármacos eficaces para la ELA.
La investigación se basó en una característica de la ELA descubierta previamente en el laboratorio del profesor Perlson: la formación de cúmulos tóxicos (agregados) de una proteína llamada TDP-43 (generalmente responsable de regular la producción de proteínas en ese lugar) en la terminación nerviosa, donde se une al músculo.
Para descubrir cómo se forman esos agregados de TDP-43, los investigadores utilizaron un modelo de ratón para la ELA, tejidos de pacientes con ELA y cultivos de células madre humanas.
El papel crítico del microARN-126
Desde Tel Aviv indicaron que el estudio reveló que las células musculares producen pequeñas moléculas de ARN llamadas microARN-126 y las envían en vesículas, a través de la sinapsis, a la terminación de la célula nerviosa. La función de estas moléculas es impedir la expresión de la proteína TDP-43 en la unión neuromuscular cuando no es necesaria.
«Descubrimos que, en la ELA, el músculo produce una menor cantidad de microARN-126, lo que provoca un exceso de TDP-43. El exceso de proteína forma agregados tóxicos que atacan moléculas esenciales para el funcionamiento de las mitocondrias, la fuente de energía de la célula nerviosa», señaló otro de los líderes del estudio, el doctor Ariel Ionescu.
El daño a las mitocondrias causa un déficit energético, destruyendo gradualmente las neuronas motoras y provocando la parálisis de los músculos de los pacientes, añadió el experto.
«Identificamos por primera vez un mecanismo molecular crítico de la ELA en sus primeras etapas: una reducción en la cantidad de microRNA-126 transferido del músculo al nervio, lo que resulta en la formación de agregados tóxicos de la proteína TDP-43 que destruyen las neuronas», dijo Perlson.
Estos hallazgos pueden servir de base para el desarrollo de una terapia génica eficaz centrada en la adición de microRNA-126, «lo que podría brindar esperanza a millones de pacientes y sus familias en todo el mundo», concluyó el investigador israelí.













