Gran Bretaña, un ex imperio que sembró violencia y pobreza alrededor del mundo durante siglos, y dos de sus ex colonias, Canadá y Australia, donde los pueblos indígenas todavía sufren severa discriminación, reconocieron este domingo a «Palestina», un país que todavía no existe.
El primer ministro británico, Keir Starmer, argumentó que la medida tiene como objetivo «revivir la esperanza de paz para los palestinos y los israelíes».
«Reconocimos el estado de Israel hace más de 75 años como patria del pueblo judío», matizó Starmer en un video publicado en X, la red social antes conocida como Twitter. «Hoy, nos unimos a más de 150 países que también reconocen un estado palestino».
Se trata, aseguró, de «una promesa a los pueblos palestino e israelí de que puede haber un futuro mejor».
Cuando faltan pocos días para el segundo aniversario del brutal ataque del 7 de octubre de 2023, cuando terroristas del grupo Hamas asolaron el sur de Israel, vejando y asesinado a cientos de personas, Starmer dijo que el reconocimiento no es una recompensa para los islamistas palestinos.
Como si hablara desde la Londres de principios del siglo XX, cuando el imperio británico cubría millones de kilómetros cuadrados y sojuzgaba a más de 400 millones de personas, Starmer dijo que «Hamas, una organización brutal», no tendrá «ningún papel en el gobierno, ningún papel en la seguridad» en un eventual futuro estado palestino.
יש לי מסר ברור לאותם מנהיגים שמכירים במדינה פלסטינית לאחר הטבח הנורא ב-7 באוקטובר: pic.twitter.com/YhrfEHjRhZ
— Benjamin Netanyahu – בנימין נתניהו (@netanyahu) September 21, 2025
La respuesta contundente de Netanyahu
Desde Jerusalén, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, le respondió con contundencia a los gobiernos de Gran Bretaña, Canadá y Australia.
«Tengo un mensaje claro para los líderes que reconocen un estado palestino tras la horrenda masacre del 7 de octubre: están recompensando el terrorismo con un premio enorme», comenzó diciendo el jefe del gobierno israelí.
Luego, Netanyahu redobló la apuesta y les dijo a los líderes de esos tres países: «tengo otro mensaje para ustedes: eso no va a suceder, no habrá un estado palestino al oeste del río Jordán».
«Durante años, impedí la creación de ese estado terrorista, a pesar de una enorme presión, tanto interna como externa», siguió Netanyahu, quien reiteró sus intenciones de anexar los territorios de Cisjordania.
«Duplicamos el número de asentamientos judíos en Judea y Samaria, y seguiremos por este camino», advirtió el primer ministro.
Obviamente, la iniciativa impulsada por Starmer fue celebrada por Hamas. Voceros del grupo terrorista, citados por la agencia palestina Shehab dijeron que «esta acción es un paso importante para establecer el derecho del pueblo palestino a su tierra y lugares sagrados».
Es, además, parte de un «camino hacia el establecimiento de un estado independiente con la Santa Al-Quds» (el nombre que Hamas usa para Jerusalén) como «su capital».
Es «el resultado de años de lucha, perseverancia y sacrificio de nuestro pueblo en el camino de la libertad y el retorno», dijeron los portavoces terroristas.
Una decisión que «recompensa el terrorismo»
Mark Dubowitz, CEO del think tank conservador Foundation for Defense of Democracies, afirmó que estos «impopulares líderes occidentales están apaciguando a los islamistas al apresurarse a reconocer un estado terrorista palestino».
«Esto no ayudará a los gazatíes bajo la tiranía de Hamas ni a los rehenes israelíes que languidecen en sus túneles, pero convencerá a Hamas de que el terrorismo funciona y de que Occidente seguirá recompensándolo», completó Dubowitz.
Desde otro punto de vista, en el sector progresista, el escritor y filósofo francés Bernard-Henri Lévy coincidió en «que el reconocimiento de un estado palestino ahora es una ‘recompensa’ para Hamas».
El mensaje, aseveró el pensador judío, es: «mientras se habló el lenguaje de la paz, nadie los escuchó», pero «en el momento en que surgió un liderazgo terrorista y pogromista, lo imposible se hizo posible».
Por su parte, un editorial del Jerusalem Post resumió la situación. «Un estado palestino —señaló el periódico— necesita el acuerdo de Israel para existir: no es una cuestión de reconocimiento».
«Impulsar una solución de dos estados ahora es incompatible con la realidad —añadió—, ya que los palestinos no demostraron capacidad ni voluntad para gestionar una entidad pacífica junto a Israel».
El mensaje que el primer ministro Starmer y sus colegas de Canadá, Mark Carney, y de Australia, Anthony Albanese, «transmiten a los palestinos es simple: no necesitan ceder ni negociar».
«Lo que funciona es desatar un terrorismo bárbaro, gritar ‘genocidio’ cuando Israel responda y luego cruzarse de brazos y esperar a que Francia, Gran Bretaña y otros países les entreguen un estado», completó el diario.