La visionaria orden de un ministro terminó siendo el motor del milagro que evitó un desastre todavía mayor en el Hospital Soroka, de Beer Sheva, en el sur de Israel, donde diariamente se atienden miles de pacientes árabes y que fue alcanzado este jueves por misiles iraníes.
Se estima que unas 120 personas resultaron heridas en todo Israel por la nueva oleada de cohetes balísticos disparados por el régimen de Teherán, varios de ellos en el conocido hospital de Beer Sheva, el primer sanatorio atacado en lo que va de la guerra que comenzó el 13 de junio.
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Pero una orden que llegó desde el gobierno, que a primera vista parecía una medida burocrática más en medio de las restricciones de seguridad que se están imponiendo en el país, evitó que el proyectil se cobrara un saldo sangriento.
Según relató el Jerusalem Post, el director general del Ministerio de Salud, Moshe Bar Siman-Tov, analizó el miércoles de esta semana los reportes de inteligencia que advertían sobre un posible bombardeo coordinado de más de veinte misiles y drones iraníes que buscarían abrumar las defensas de Israel.
Por la tarde, «reconociendo la vulnerabilidad de la unidad quirúrgica del Soroka», señaló el diario de la capital de Israel, el funcionario ordenó a la administración del hospital el traslado de todos los pacientes y miembros del personal de esa planta a alas alternativas.
Sirenas en el Negev
Al anochecer, los quirófanos estaban en silencio y los pacientes instalados en pisos más protegidos. Y, al amanecer, «las sirenas aullaron por todo el Negev cuando un misil iraní impactó contra la sala de cirugía del tercer piso, ahora vacía», describió el Post.
El reporte precisó que los daños estructurales fueron graves, pero que, gracias a la orden preventiva de Bar Siman-Tov, solo un paciente sufrió heridas leves.
אני כאן בבית החולים סורוקה בבאר שבע יחד עם שר הבריאות וסגן השר אלמוג כהן, איש הדרום, ולא בפעם הראשונה עם מנהל בית החולים סורוקה. אנחנו רואים כאן את כל ההבדל.
אנחנו פוגעים במדויק במטרות גרעין ומטרות טילים, והם פוגעים בבית חולים, שאנשים לא יכולים לקום ולברוח אפילו.
הם פוגעים לא… pic.twitter.com/u9FgJtWkyU— Benjamin Netanyahu – בנימין נתניהו (@netanyahu) June 19, 2025
«Decenas de personas que habrían estado en peligro ya habían sido reubicadas a niveles más seguros, convirtiendo lo que podría haber sido una catástrofe en una situación de supervivencia», añadió el informe.
Desde el hospital, adonde llegó poco después del ataque iraní, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, destacó que los habitantes del país están «pagando un precio tremendo y lo están soportando con valentía».
«Hay costos personales involucrados, hay personas heridas y, lamentablemente, algunas murieron», añadió el primer ministro.
En cuanto a los siguientes pasos de la campaña contra el sistema militar y de desarrollo nuclear del régimen de Teherán, y en referencia al líder supremo iraní, Ali Khamenei, Netanyahu se limitó a advertir que «nadie es inmune» a la reacción de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
De todas maneras, aseguró que «le cobraremos el precio completo a los tiranos de Teherán» por haber golpeado un hospital.
«Un crimen de guerra»
Por su parte, el presidente de Israel, Itzjak Herzog, quien también visitó el Soroka, afirmó que el ataque contra el hospital representa «un crimen de guerra».
En Beer Sheva, contó Herzog, «me recibió el director del hospital, el profesor Shlomi Kodesh, junto con médicos, enfermeras y pacientes, judíos y musulmanes, de todos los ámbitos de la vida».
«Observamos la destrucción y la devastación causadas por un misil iraní disparado indiscriminadamente con la única intención de segar vidas inocentes en un hospital», aseveró el presidente israelí.
Voceros de las FDI informaron que el ataque contra el Hospital Soroka es parte de la campaña de agresiones que Irán viene llevando a cabo en los últimos días con más de 450 misiles balísticos «y cientos de drones».
«Este hospital atiende a más de un millón de israelíes, incluyendo beduinos, judíos, cristianos y árabes por igual», pero «que Irán ataque centros civiles con misiles balísticos no nos sorprende», afirmó el brigadier general Effie Defrin, vocero principal de las FDI.
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A la sombra de estos ataques, está claro, aseguró, que «no podemos permitir, ni permitiremos, que este régimen obtenga armas nucleares ni amplíe su arsenal de misiles».
«Por ello, continuamos nuestras operaciones, atacando instalaciones de armas nucleares, lanzamisiles y emplazamientos militares iraníes», concluyó Defrin.













