Otro importante avance contra el cáncer en Israel: investigadores del Instituto Weizmann descubrieron una nueva clase de moléculas inmunoactivadoras que despierta la inmunidad antitumoral atacando las propias defensas del tumor, convirtiendo un «escudo» en punto débil.
La inmunoterapia, que aprovecha el propio sistema inmunitario del cuerpo para combatir el cáncer, revolucionó la oncología moderna, pero, a pesar de su éxito en varios tipos de tumores, muchos pacientes aún no responden al tratamiento o sufren recaídas posteriormente.
Reactivando la inmunidad donde el tumor la bloquea
Los científicos llevan tiempo buscando la manera de identificar cómo el cáncer suprime la respuesta inmunitaria y de reactivarla en ese mismo punto. Ahora, el estudio del Weizmann, publicado en la revista Cell, sugiere que la solución podría residir en las propias defensas del tumor.
Según reportaron desde la universidad israelí, el estudio se centra en los macrófagos: células grandes y versátiles que desempeñan funciones esenciales en todos los tejidos del cuerpo, pero que, cuando se encuentran en el microambiente tumoral, a menudo comienzan a colaborar con el cáncer.
«Los macrófagos pueden ser tanto el problema como la solución», afirmó el profesor Ido Amit, director del Centro de Investigación en Inmunoterapia del Instituto.
«Los tumores los secuestran para suprimir las respuestas inmunitarias y promover su propio crecimiento –describió el científico–. Nuestro objetivo fue reeducar a estas células en lugar de eliminarlas».
En estudios anteriores, el equipo de Amit y otros investigadores identificaron un subgrupo de macrófagos convertidos en aliados del tumor, particularmente implicados en la supresión de la respuesta inmunitaria contra el cáncer.
Su característica distintiva es la expresión inusualmente alta de un receptor llamado TREM2, que coordina su actividad antiinmunitaria. Los pacientes cuyos tumores se asocian con estos macrófagos no responden bien al tratamiento y tienden a tener tasas de supervivencia más bajas.
Las nuevas moléculas MiTE
En este nuevo estudio, un equipo liderado por Michelle von Locquenghien, la doctora Pascale Zwicky y el doctor Ken Xie, del laboratorio de Amit, diseñó moléculas biológicas para corregir la función de los macrófagos.
Se trata de un nuevo tipo de anticuerpos que activan la inmunidad antitumoral del paciente bloqueando simultáneamente los macrófagos que expresan TREM2 e induciendo a otras células inmunitarias a atacar el cáncer.
Eso se logró exponiendo las células inmunitarias a una proteína activadora llamada citocina. Los investigadores denominaron a esta nueva clase de moléculas inmunoactivadoras MiTEs (por Myeloid-targeted immunocytokines and natural killer/T-cell Enhancers o inmunocitocinas dirigidas a mieloides y potenciadores de células NK/T).
Una «doble función» de los MiTE les permite «atacar el tumor desde múltiples ángulos inmunológicos a la vez», explicó von Locquenghien. Esas moléculas, agregó, «están diseñadas para convertir tanto a los aliados del tumor como a su entorno supresor en su talón de Aquiles».
En estudios con ratones, los MiTEs redujeron el tamaño de los tumores y desencadenaron una remodelación inmunitaria generalizada tanto en macrófagos como en células citotóxicas.
Y, al probarlos en muestras de tejido de carcinoma de células renales de pacientes humanos, «provocaron una activación inmunitaria robusta, incluyendo la activación de células citotóxicas», señaló el informe de la universidad israelí.
Lo que viene
Para avanzar en la aplicación clínica de los MiTEs, los científicos planean evaluar su seguridad a largo plazo y explorar combinaciones con terapias existentes, como la quimioterapia y la radioterapia.
«Los resultados preliminares –añadió el reporte– sugieren que los MiTEs actúan de forma sinérgica con los inhibidores de puntos de control existentes, amplificando la respuesta inmunitaria general».
Amit destacó que este trabajo «demuestra que, al comprender los mecanismos de defensa del tumor, podemos convertirlos en oportunidades». Con MiTEs, concluyó, «puede que hayamos encontrado una manera de transformar el escudo del tumor en el arma que lo derrota».













