La compañía Israel Weapon Industries (IWI), parte del grupo SK y una de las líderes globales del sector de las armas ligeras, presentó un nuevo sistema, bautizado Boost, diseñado para transformar los fusiles AR-15/M4 en «centros de energía táctica autosuficientes».
Se trata de un dispositivo de alimentación «compacto y robusto» desarrollado para «satisfacer las exigencias de operaciones prolongadas con un alto consumo de energía».
Desde Kiryat Gat, donde la compañía tiene su base, explicaron que Boost elimina la necesidad de baterías desechables al proporcionar energía continua de alto rendimiento a todos los dispositivos electrónicos del fusil.
«Esta plataforma de energía permanente sustituye a las baterías desechables para miras ópticas y dispositivos auxiliares», precisaron voceros de IWI, la casa que fabrica clásicos como el rifle de asalto Arad, la metralleta Tavor y las pistolas Jericho y Masada.
«Con Boost -le dijo un directivo de SK a la revista especializada Janes-, un soldado puede multiplicar la duración de las baterías convencionales entre tres y cinco veces».
El directivo israelí describió al Boost como un sistema que elimina la necesidad de baterías desechables en los fusiles estándar AR-15/M4 al proporcionar energía continua para dispositivos que requieren alimentación eléctrica, como miras térmicas, visión nocturna o designadores láser.
Janes señaló que el representante de SK «confirmó que Boost ya está en uso militar», pero que «no ofreció más detalles» sobre los países donde ya está operativo.
Resistencia extrema
Integrado directamente en la culata del fusil, Boost conserva el manejo natural, la visión y la ergonomía de disparo, añadiendo menos de 340 gramos al arma. Incorpora una batería recargable de iones de litio, reemplazable en el campo, respaldada por una batería de reserva interna, lo que garantiza un suministro de energía ininterrumpido, incluso si la batería principal se agota.
Diseñado para infantería de primera línea y fuerzas de operaciones especiales, el dispositivo soporta condiciones de campo adversas gracias a sus conectores de grado militar, su construcción robusta y su sistema integrado de gestión térmica que le permite funcionar en temperaturas extremas.
Además, un modo de seguridad integrado garantiza que el rifle conserve todas sus funciones convencionales incluso si el sistema de energía se daña o se agota por completo.
«Para los soldados de hoy en día, cada gramo importa, cada segundo cuenta y cada vatio de potencia puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de la misión«, redondeó Ronen Hamudot, vicepresidente de SK Group.












