La nueva versión no animada del clásico infantil Blancanieves que Disney tiene programado lanzar a fines de marzo está siendo castigada desde varios flancos: a los grupos enojados porque una de las protagonistas es israelí se sumaron las organizaciones anti-woke.
Así lo señalaron versiones de prensa difundidas este jueves, según las cuales el gigante estadounidense del entretenimiento habría decidido cancelar la premiere de la película en Londres, un evento habitualmente glamoroso y con mucha cobertura de los medios.
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«Disney decidió no desplegar la alfombra roja en Londres para su próximo estreno masivo, Blancanieves», señaló el Daily Mail, de la capital británica.
Según el reporte, «los directivos se niegan a realizar un estreno ostentoso en Londres, como sería de esperar para un debut importante como este, en un intento de ‘evitar una reacción negativa’ contra la película».
Polémicas desde el principio
Para esta nueva versión, con la actriz estadounidense Rachel Zegler en el papel que le da el título, los creativos de Disney se despacharon con una serie de «actualizaciones» del argumento con el objetivo de, por ejemplo, hacerlo más feminista.
Blancanieves, dice la versión Disney 2025 de la historia publicada por primera vez por los hermanos Grimm en 1812, ya no es una princesa cuya función principal es esperar un beso de un príncipe para devolverle la vida.
Por eso, apuntaron los informes desde Londres, Disney «supuestamente decidió no realizar una gran celebración cinematográfica de la película en el Reino Unido en un intento de desalentar cualquier reacción ‘anti-woke‘ y optó por ‘un puñado’ de eventos de prensa» supervisados.
Fuentes consultadas por el Daily Mail afirmaron que Disney «ya está anticipando una reacción anti-woke contra Blancanieves y redujo la agenda de los medios a solo un puñado de eventos de prensa estrictamente controlados».
Un verdadero dolor de cabeza
Aunque se prevé que sea un éxito de taquilla, el filme es un dolor de cabeza para Disney. Entre las primeras críticas, muchos comentaristas se quejaron por el hecho de que no se contrataron actores de baja estatura para personificar a los «siete enanos» y se prefirió la computarización.
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Luego está el hecho de que Gal Gadot es orgullosamente judía e israelí, lo que despertó los acostumbrados llamados a boicot de las organizaciones pro-palestinas y de grupos antisemitas.
Zegler, por su parte, levantó polémicas con sus declaraciones pro-palestinas durante la guerra que estalló en la Franja de Gaza después del ataque islamista del 7 de octubre del 2023 contra el sur de Israel.