Johnny Cash no solo fue una leyenda de la música country: para el cantante estadounidense, conocido como el Hombre de Negro, Israel representó un refugio espiritual y una fuente de inspiración artística que lo acompañó a lo largo de su carrera.
Sus visitas a la Tierra Santa, que comenzaron a mediados de los años sesenta y se extendieron hasta los noventa, dejaron huellas en discos, películas y memorias que todavía resuenan hoy.
También le puede interesar: El protagonista de "300" y su "gran amor" por Israel
La primera vez que Cash llegó a Israel fue en 1966. No viajó como estrella de la música, sino como peregrino. Quería conocer de primera mano los sitios sagrados de la tradición bíblica, caminar por las calles de Jerusalén y contemplar el Mar de Galilea.
Esa experiencia, de carácter íntimo, para un artista de fuertes convicciones cristianas, fue el inicio de un lazo que se fortalecería en los años siguientes.
Un álbum con un título muy especial
En 1968, ya acompañado por su pareja, June Carter, Johnny Cash regresó a Israel. El viaje tuvo un efecto directo en su obra: lo inspiró a componer y grabar el álbum The Holy Land, publicado en 1969. En ese disco, además de canciones, incluyó fragmentos de audio capturados en locaciones reales.
Por ejemplo, se escucha a Cash relatando lo que veía y sentía en Nazaret, en Tiberíades o en su visita al Muro de los Lamentos.
 
											Para seguir leyendo: Cuando Bob Dylan tocó (dos veces) el Hava Nagila
 
											A comienzos de los años setenta, Cash decidió dar un paso más. En 1971 regresó a Israel para filmar Gospel Road: A Story of Jesus, una película narrada por él mismo, en la que se mezclaban pasajes bíblicos con escenas rodadas en escenarios naturales del país. La producción incluyó tomas en el Mar de Galilea, en las colinas de Judea y en otros puntos que evocaban la vida de Jesús.
Según recuerda un artículo del blog de la Biblioteca Nacional de Israel (BNI), durante ese viaje Cash y June asistieron a una exclusiva recepción en Jerusalén. Allí estuvieron rodeados de músicos y personalidades locales, entre ellos un joven Tzvika Pick, que poco después se convertiría en una de las grandes figuras del rock israelí.
Unos años después del lanzamiento de Gospel Road, Johnny y June regresaron a Israel. Se les unieron sus hijos, quienes, al igual que sus padres, fueron bautizados en el río Jordán.
«Las visitas de la familia Cash y su creciente prominencia en la industria musical estadounidense llamaron la atención de las autoridades israelíes, quienes los trataron como reyes y facilitaron sus viajes dentro del país», señala un artículo de Tablet de setiembre del 2014.
Una historia de décadas
El vínculo con Israel no terminó ahí. En 1977 volvió para participar en grabaciones especiales de Navidad, y en 1990 viajó nuevamente con June Carter para filmar Return to the Promised Land. Cada visita reafirmaba el peso que la Tierra Santa tenía en su vida y en su arte, y le daba nuevas oportunidades de entrelazar música, fe y paisaje.
 
											También le puede interesar: El cantante español que se hizo famoso por una estrella de David
 
											Tablet destacó que aquellas experiencias transformaron la relación de Johnny Cash con Israel en algo más profundo.
«Su primera visita a Israel, en 1966, fue seguida por un viaje con June en 1968, que se convirtió en un proyecto de toda la vida para servir como defensores del estado de Israel, incluso cuando dicha defensa no estaba de moda entre los artistas estadounidenses», señala el artículo.
Esa postura, cercana al llamado sionismo cristiano, situaba a Cash y a June en una posición particular dentro de la escena cultural estadounidense. Mientras otros artistas preferían evitar pronunciamientos sobre Israel, ellos no dudaban en expresar su apoyo y en difundir la importancia espiritual de la Tierra Santa.
Identificado con los paisajes bíblicos
En lo personal, Cash veía en Israel un espacio de redención. Como recordó en una de sus canciones: «Desde la cima del Sinaí / hasta el Mar de Galilea / cada colina y llanura es mi hogar / cada lugar me es querido…».
El tono poético de esos versos revela una identificación emocional con los paisajes bíblicos, más allá del interés turístico o histórico.
Los viajes también dejaron huellas visuales. Fotografías recuperadas en los últimos años muestran a Cash y a June recorriendo mercados, posando en hoteles frente al Kinneret o recorriendo las callejuelas de la Ciudad Santa.
Son imágenes que hoy tienen valor histórico y que retratan una faceta menos conocida del Hombre de Negro: la del viajero curioso y devoto.
No era raro verlo interactuar con gente común, sin la coraza de estrella. Para los israelíes que se cruzaron con él en esos años, Johnny Cash no era solo el famoso cantante de Ring of Fire, sino un peregrino más, alguien que buscaba conectar con la espiritualidad de la tierra.
Una ventana a la Tierra Santa
El hecho de que sus experiencias se transformaran en música y cine contribuyó a que Israel llegara a públicos que, de otra manera, quizás nunca hubieran prestado atención al país. Los discos y películas de Cash ofrecieron una ventana hacia la Tierra Santa en los Estados Unidos de fines de los sesenta y setenta, en un lenguaje cultural accesible y popular.
A la distancia, sus visitas pueden verse como un capítulo singular en la historia de los vínculos entre Israel y la cultura pop internacional. No fueron tantos los artistas de renombre mundial que, en esa época, eligieron acercarse de manera tan directa y pública al país.
 
			
 
                                








 
							 
                

