El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, afirmó que es un «deber» oponerse «a cualquier resurgimiento de la inhumanidad, el racismo y el antisemitismo de manera decisiva y sin concesiones».
Durante una ceremonia llevada a cabo este miércoles en Viena para recordar el Holocausto, que compartió con su colega de Israel, Reuven Rivlin, Van der Bellen, añadió: «para mí, la lucha contra el antisemitismo y el racismo es muy importante», porque esos dos fenómenos de odio, al igual que el nazismo, «no cayeron del cielo».
«Nuestros dos países comparten la experiencia del Holocausto, donde muchas personas, demasiadas personas de mi país, se convirtieron en criminales», reconoció Van der Bellen, quien recordó que «Austria reconoció oficialmente su participación» en el genocidio «tarde, muy tarde».

Ahora, en cambio, «nuestro objetivo hoy es permitir la vida judía sin interferencias en ningún lugar: Israel, Europa, Viena» o cualquier otro punto del planeta, continuó el presidente austríaco.
«Es el derecho del pueblo judío vivir en cualquier lugar en paz y seguridad», completó Van der Bellen.
Rivlin está llevando a cabo una breve gira por Europa, durante la cual ya pasó por Alemania y Austria y que terminará en Francia. En los tres países, los temas del presidente incluyen la cuestión de las ambiciones nucleares de Irán y la reciente decisión de la Corte Penal Internacional de investigar la guerra del 2014 en Gaza.