El club de la casaca «azul y oro», uno de los más populares de Argentina y todo el mundo, representa no solo a miles de hinchas sino a creencias, religiones, pasiones: ese es el caso de Boca Shalom que nació con la idea de unir las fiestas judías con las actividades en el club.
Boca Juniors, se sabe, es el equipo donde jugó Diego Maradona, el club que solamente compite contra River Plate a la hora de quedarse con el puesto del «más popular» en Argentina.
Su nombre está relacionado con su ubicación geográfica original, en el famoso barrio de la Boca del Riachuelo, en Buenos Aires, la capital argentina.
Por su parte, la palabra Shalom significa paz, en hebreo. La combinación de esas dos palabras resultó en Boca Shalom y describe de alguna manera el trabajo que llevan a cabo los fanáticos judíos del club xeneize (una adaptación local de zenéixi, como se llamaba a los oriundos de Génova).
Los miembros de Boca Shalom aseguran que le hacen honor a su nombre, buscando unir a toda una comunidad, de la mejor manera y de la mano del deporte.
«Somos unas 1.500 personas los que integramos el movimiento, hacemos distintas actividades, no es solamente fútbol», explica, con los ojos brillosos, el presidente de la organización, Diego Soirejman.
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Hablando con IsraelEconomico, Diego agrega: «además, hacemos los eventos de las fiestas judías».
El presidente de Boca Shalom afirmó que se trata de un movimiento que logró traspasar fronteras y que ya es parte de la vida boquense. «Es algo religioso y un beneficio a la sociedad -continúa-. También para nuestra comunidad».
Religión y pasión por el fútbol
Aunque tiene una obvia identidad judía, Diego cuenta que «hay gente que no está en la colectividad y está con nosotros», porque «no discriminamos, brindamos un aporte al hincha de Boca Juniors».
Los organizadores del grupo aseguran que es uno de los primeros del mundo en su tipo, y revelan que los dirigentes del club donde brillaron también Juan Román Riquelme y Silvio Marzolini «nos dieron una mano siempre, nos abrieron la puerta de par en par».
En un momento de la charla, y con un cierto aire de misterio, nos confesaron que otros grandes clubes de la región quieren tener una organización similar, que permita a los fanáticos judíos conjugar su fe y su otra «religión», la del fútbol.
Consultado sobre las relaciones de Boca Shalom con las principales entidades judías argentinas, como la central mutual israelita AMIA y la DAIA, la representación política de las organizaciones de la comunidad, Diego responde que el lazo es fluido.
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«Últimamente estamos en contacto casi todas las semanas con la AMIA y con la DAIA, y también hablamos para hacer actividades juntos con la embajada de Israel en Argentina». Incluso, adelantó, «hay propuestas para llevar a Boca a Israel, como parte de un intercambio cultural y religioso».
– ¿Boca Shalom tiene presencia más allá de Argentina?
– Estoy en contacto con gente de Colombia, estuve en Chile. También tenemos presencia en el interior de Argentina y en el exterior estamos en México, Panamá, Estados Unidos, y en Israel.
– ¿En serio son todos de Boca los miembros del grupo?
– La mayoría. Hay muchos rabinos de distintos templos que me llaman y quieren participar de nuestros eventos.
«Todo comenzó en el 2013»
Además, estoy pensando en abrir otra sede más. Esta idea ha superado cualquier realidad, es todo a pulmón y buscando la unión entre todos los socios que lo integran.
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PESAJ
— BocaShalom (@bocashalom) April 5, 2023
JAG SAMEAJ pic.twitter.com/LFlMeUXvXH
Diego recuerda que «toda esta pasión de Boca Shalom comenzó en el año 2013» y que «hoy es una realidad que crece día a día: aportamos un granito de arena para tener una sociedad mejor».
Detrás de esa historia está también la obra del hermano de Diego, Osher Soirejman. Ambos soñaban con la idea de construir un espacio para hinchas de Boca donde poder confluir con las actividades religiosas. Osher falleció en un accidente de tránsito y fue Diego quien cumplió con el sueño compartido.
De hecho, Diego nos pidió dedicar este recuerdo a la memoria de Osher. Y también nombrar a sus compañeras de la vida y de la pasión por Boca Juniors, Lea, su esposa, y Sara Jaia, la hija de ambos.
«La vida muchas veces te da y te saca en cada paso, pero Dios obra siempre cuando hay buenas intenciones», dice Diego. E incluso acompañada por momentos tristes, la historia de Boca Shalom «es una realidad que va a seguir creciendo por toda América Latina», prometió.
(Para saber más sobre Boca Shalom, los pueden encontrar en Twitter y en Facebook).
