El célebre tenor italiano Andrea Bocelli recibió en su casa de Miami al ex rehén Segev Kalfon, uno de los israelíes que sobrevivió al cautiverio de Hamas. La visita, íntima y sin prensa, incluyó música, conversación y un gesto de humanidad que volvió a resonar en comunidades judías de todo el mundo.
Según reportes en redes y medios especializados, Bocelli y su esposa, Veronica, pasaron varias horas con Kalfon, a quien el cantante dedicó unas piezas musicales y palabras de apoyo. No es un detalle menor: el artista no es judío y, aun así, se convirtió en una figura inesperadamente cercana al drama de los rehenes.
Kalfon, liberado el 13 de octubre de este año en el grupo de los últimos rehenes que quedaban con vida en Gaza, contó en una entrevista que durante el cautiverio fue golpeado por miembros de Hamas, privado de comida y sometido a presiones para convertirse al islam.
También relató presiones psicológicas macabras de los terroristas sobre los secuestrados durante la invasión del 7 de octubre del 2023, como el llamado «juego de la ejecución», en el que se obligaba a los rehenes a decidir quién debía morir o someterse a un sorteo mortal.
En ese contexto de traumas profundos, la visita a Bocelli, que ocurrió a fines de noviembre último con bajo perfil, funcionó como un bálsamo. Quienes estuvieron presentes describieron un encuentro cálido, con música en vivo y un clima de contención, muy lejos del ruido mediático que suele rodear a las celebridades.
Una relación mutua de cariño de larga data
No es la primera vez que el querido tenor muestra esta cercanía con ex rehenes: en diciembre del 2023, cuando conoció la historia de Yaffa Adar -la abuela de Nir Oz cuya imagen secuestrada en un carrito de golf dio la vuelta al mundo-, le envió una carta personal tras saber que había sobrevivido en Gaza aferrándose mentalmente a su música.
La historia de Yaffa conmovió particularmente al tenor. La mujer, sobreviviente del Holocausto, contó que durante los 49 días como rehén en manos de Hamas repetía en su cabeza canciones de Bocelli como una forma de resistencia emocional: una pequeña luz interior, decía, que le prometía un día más de vida.
Este vínculo emocional no es nuevo para el público israelí, que lo sigue desde hace décadas. Bocelli actuó varias veces en el país, incluida una mítica noche en Masada y presentaciones en Tel Aviv junto a su hijo Matteo, su hija Virginia y artistas locales como Shiri Maimon.












