Científicos del Instituto Weizmann, de Israel, lograron desarrollar embriones de ratones fuera del útero materno, en receptáculos artificiales, en un experimento que asombró al mundo
«Se cultivó un embrión de ratón en un útero artificial: los humanos podrían ser los próximos», especuló el reconocido periódico MIT Technology Review, del Instituto de Tecnología de Massachusetts.
El experimento «parece sacado de una película de ciencia ficción», señaló por su lado el website de la cadena de noticias estadounidense Univisión.
El asombro se explica porque se trató de la primera vez que un grupo de investigadores logra observar el crecimiento de un embrión de un mamífero fuera del cuerpo de su madre, destacaron desde la universidad israelí, que tiene su sede en la ciudad de Rehovot, pocos kilómetros al sur de Tel Aviv.
«Si se le da a un embrión las condiciones adecuadas, su código genético funcionará como una línea de dominó preestablecida, dispuesta para caer una tras otra», describió el profesor Jacob Hanna, quien encabezó el experimento.
«Nuestro objetivo -continuó el científico- fue recrear esas condiciones, y ahora podemos ver, en tiempo real, cómo cada dominó golpea al siguiente en la fila».
Durante siete años, a través de ensayos de prueba y error, ajuste fino y doble verificación, el equipo del profesor Hanna ideó un proceso de dos pasos en el que pudieron cultivar embriones de ratón en desarrollo normal fuera del útero durante seis días, alrededor de un tercio de sus 20 días de gestación.
Para ese momento, explicaron, los embriones ya tenían un plan corporal bien definido y órganos visibles. Se trata, añadió, de «la parte más misteriosa e interesante del desarrollo embrionario, y ahora podemos observarla y experimentar con ella con asombroso detalle».
Hasta ahora, mucho de lo que se sabe sobre el desarrollo embrionario de mamíferos proviene de la observación del proceso en no mamíferos como ranas o peces que ponen huevos transparentes, o de obtener imágenes estáticas de embriones de ratón disecados.
El instituto israelí recordó que la idea de desarrollar embriones tempranos fuera del útero existe desde antes de la década de 1930, pero los experimentos basados en estas propuestas tuvieron un éxito limitado y los embriones tendían a ser anormales.
Después de este éxito, el siguiente paso del laboratorio del profesor Hanna será ver si pueden omitir el paso de extraer los embriones de ratones preñados. El científico y su equipo, explicaron desde el Weizmann, tienen la intención de intentar crear embriones artificiales a partir de células madre para su uso en investigación.
Entre otras cosas, adelantaron, esperan utilizar el nuevo método para responder preguntas como por qué tantos embarazos fallan, o por qué la ventana para la concreción de la preñez es tan corta.
Los resultados del estudio del equipo del profesor Hanna fueron publicados por la revista especializada Nature, y se pueden leer aquí.